top of page

Pentecostés

Esta fiesta en su nombre marca claramente la ubicación en el calendario litúrgico católico, es el quincuagésimo día después de la Pascua, es decir, cincuenta amaneceres luego del Domingo de Resurrección, cuando Jesús ya había ascendido a los cielos dejando aparentemente solos a sus apóstoles. Ese día según el libro Hechos de los Apóstoles, ellos se encontraban ocultos y temerosos junto con la Virgen María, entonces Jesús tal como les había prometido les envió el Espíritu Santo, que en forma de lenguas de fuego se posó sobre cada uno, dándoles el don de lenguas y la certeza de su acompañamiento. Entonces ellos salieron y empezaron a predicar a la gente, la cual se sorprendió al captar el mensaje en su propio idioma. A esta predicación y consecuente conversión se le conoce como el acto fundacional de la iglesia.

El papel del Espíritu Santo en la Trinidad, es el de mediador entre Dios y los hombres, al cual se le ha representado de distintas maneras, según las ideas que en cada momento dominaron el pensamiento de la iglesia. Por ejemplo como figura antropomorfa (por la consustancialidad de las tres personas trinitarias), lenguas de fuego (atendiendo al relato de Pentecostés), paloma (por la escena del bautizo de Jesús) y rayos de luz (por la narración de la transfiguración de Jesús), combinándose muchas veces estas dos últimas.

En la liturgia el Espíritu Santo tiene una fuerte presencia en la parte de la celebración de la palabra, en su lectura e interpretación. Por ello en los espacios y dispositivos dedicados a estas actividades se invocan sus dones, a través de su representación figurativa. Ejemplo de ello son las piezas que aquí se exhiben: cortina de púlpito, elemento que sirve para engalanar el espacio desde donde se interpretaba la palabra mediante sermones, y dos atriles sacros que sirven de soporte a la palabra contenida en la Biblia y que se comunica mediante su lectura. Una tercera pieza es un resplandor con Espíritu Santo que alude a la gloria, luz que irradia esencia divina, y que seguramente perteneció a un retablo. Además, esta muestra se ambienta con un cántico que clama la presencia del Espíritu Santo, cantado en la Tercia de las horas del oficio divino al levantarse el sol.

Curadores

  • Franziska Neff

  • Israel Gutiérrez Barrios

Composición de la exhibición

Galería de la exhibición

RESUMEN

No. de piezas expuestas

Pinturas

Libros impresos

Objetos

8

4

4

0

bottom of page