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La Coronación de la Virgen María

Miguel Gerónimo de Zendejas. Puebla de los Ángeles
1776
Óleo sobre lienzo

En la parte inferior de la obra se puede apreciar la inscripción “Miguel Geron° de Zendejas […] 1776”. Se trata de la Inmaculada Virgen María, vestida de blanco y azul, que con sus atributos de: una corona de doce estrellas, pisando la luna y dos ángeles sosteniendo la Rosa y la Palma es llevada a los cielos por ángeles y querubines. Ella en un arrebato místico, une sus manos en un pathos de oración y devoción, y eleva su mirada hacia la parte superior donde se encuentra la Santísima Trinidad. Ésta es representada en su tipo iconográfico tríplice o trinidad antropomorfa. El personaje a la derecha de la Virgen tiene las llagas de la crucifixión y es la imagen de Jesucristo, el del centro representa al Espíritu Santo y el que tiene el báculo es Dios Padre, quien se ubica a la izquierda de la Santísima Virgen. Es una compleja composición de dos líneas diagonales cruzadas, donde en el centro converge la Virgen, en la parte superior de la pintura se advierte un rompimiento de gloria y se representa el momento justo en el que será coronada.

Es una corona real. En la parte inferior de la composición un cúmulo de ángeles y querubines son testigos de la escena, además de ser éstos los encargados de subir hacía los cielos a la Madre Santísima. A lo largo de los siglos, el desarrollo de la devoción hacia la muerte de la Virgen María, llamada el Tránsito o la Dormición, así como la creencia en su Asunción y su consecuente Coronación, se ha apoyado en doctrinas marianas basadas en fuentes secundarias, es decir, en las referencias patrísticas, libros de oraciones, alabanzas, documentos apócrifos, homilías, tratados y leyendas acerca de la vida y la muerte de María; al no hallarse en la Biblia información referente a estos temas.

La Asunción y la Coronación con frecuencia son sobrepuestas en un mismo momento iconográfico. La Coronación es un acontecimiento que concluye con los episodios de la muerte de María o Dormición y a su Asunción corporal al cielo. La Coronación en especial se inspira en fuentes patrísticas y teológicas, pues los textos apócrifos ofrecen escasos testimonios a favor del privilegio concedido a la Madre del Redentor como Soberana del Paraíso Celestial. Al contrario, los Doctores de la Iglesia, teólogos, y filósofos se refieren a María como Reina del Cielo en diversas ocasiones.

La iconografía específica a la Coronación de la Madre de Dios se inicia en el siglo XII en Inglaterra, el modelo iconográfico se expandirá por Europa y entrado el siglo XIII se encontrará en España. La Asunción y la Coronación se fortalecerán a lo largo de los siglos XII y XIII de tal manera que la devoción, el culto y las representaciones iconográficas sobre estos temas marianos crecerán.

La obra se encuentra en la sección de las salas del Museo de Santa Mónica intituladas Monjas Coronadas y Místicas, al considerarse a la Virgen María, el gran modelo de vida ejemplar femenino tanto para las religiosas que habitaron un convento durante la Nueva España, como por las mujeres que alcanzaron la santidad: anacoretas, terciarias, místicas, fundadoras de órdenes religiosas y Doctoras de la Iglesia.

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