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Grabados y Lienzos sobre la Fe Católica.

De los Países Bajos a la Puebla de los Ángeles

Es importante recordar que gran parte del arte de los virreinatos americanos fue elaborado a partir de estampas que llegaron de Europa, lo cual es más que comprensible, no sólo porque componer resulta mucho más complejo e implica mucho más tiempo que “copiar”, sino también porque había que velar por la ortodoxia, de manera que la Iglesia prefirió que los artífices se limitaran a trabajar sobre esquemas ya conocidos y, autorizados, a través de tratados de pintura o por la simple costumbre.

Tanto los dos lienzos pertenecientes al Museo de Santa Mónica, así como el resguardado en el Museo de la Evangelización, que han sido estudiados para mostrar en esta exhibición, fueron elaborados en la Puebla de los Ángeles por Cristóbal de Talavera, en los primeros años del siglo XVIII, a partir de grabados que realizara a su vez Hendrick Goltzius en los Países Bajos, en el último cuarto del siglo XVI; y si bien es cierto que cada cuadro puede leerse en forma individual, no debemos perder de vista que los tres formaron parte de un conjunto que debió ser tan grande como la serie de Goltzius que consta de doce grabados, por lo que se ha hecho referencia a todos ellos presentándolos en reproducciones. De igual manera resulta necesario hacer notar que aunque en las pinturas, el artista sólo retomó la parte central de los grabados, y que por consiguiente dejó de lado los riquísimos marcos que aparecen llenos de inscripciones bíblicas e incluso de imágenes de pequeño formato, también han sido estudiados para ofrecer al público una lectura lo más completa posible del programa iconográfico original.

Aunque es claro que las obras que nos ocupan fueron elaboradas con fines didácticos, son complejas, tanto, que suponemos que fueron pensadas por eruditos que le dieron a Goltzius ciertos lineamientos con los que trabajar, lo que nos permite suponer también que desde siempre fueron acompañadas por explicaciones para que los fieles pudieran comprenderlas, mas como tales discursos quedaron en el pasado, tuvimos que acercarnos a ellas con ojos críticos para reconocer su significado.

En realidad tras la lectura de sus numerosas inscripciones y la reflexión sobre sus posibles contenidos podemos asegurar que sus enseñanzas son muy simples; en nuestra opinión la serie no pretende sino demostrar tres cosas: que el hombre que vive alejado de Dios y de su Iglesia tarde o temprano acabará siendo terriblemente desdichado; que Cristo, que murió por la salvación de los hombres, perdona los pecados, por graves que hayan sido, de aquellos que arrepentidos enmiendan su conducta; y, que quienes llevan una vida recta, en función de los mandamientos divinos, lejos de los valores mundanos, vivirán en paz en la tierra y ganarán el reino de los cielos; ideas que se complementan con ejemplos de las conductas que acercan a los hombres a Dios, como la obediencia o el respeto a los padres, lo mismo que aquellas que lo alejan de Él, como la idolatría o la envidia.

Además, en un intento por “convencer" de lo anterior a los fieles, los grabados hacen referencia tanto a ciertas penurias humanas que Jesús alivió y a algunos milagros que obró a favor de sus seguidores, como a lo mucho que padecieron los hombres que en el pasado vivieron lejos de la divinidad.

La promesa de una vida llena de justicia y paz para los elegidos y la amenaza del terrible infierno para los réprobos se encuentran pues y, en última instancia, en el fondo del programa iconográfico.

Curadora

  • Marcela Corvera Poiré

Composición de la exhibición

Galería de la exhibición

RESUMEN

No. de piezas expuestas

Pinturas

Libros impresos

Objetos

8

4

4

0

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